Juramento Hipocrático
Revisando algunos documentos, me
encontré con este texto que presenta varias versiones del juramento
hipocrático, aquel que supuestamente hacen los trabajadores de la salud y que
su autoría se le da al griego Hipócrates de Cos (460-370 A.C.), así que
ahora lo comparto para el uso de la comunidad.
Texto del juramento hipocrático
clásico
Juro por Apolo, médico, por
Esculapio, Higia y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas, de
que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a cumplir en cuanto
ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia. Tributaré
a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días,
partiré con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus
hijos como a mis hermanos y si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré
desinteresadamente y sin ningún género de recompensa. Instruiré con preceptos,
lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los de mi maestro y
a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que determine la
ley médica, y a nadie más. Estableceré el régimen de los enfermos de la manera
que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo
mal y toda injusticia. No accederé a pretensiones que busquen la administración
de venenos, ni sugeriré a nadie cosa semejante; me abstendré de aplicar a las
mujeres pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con
inocencia y pureza. No ejecutaré la talla, dejando tal operación a los que se
dedican a practicarla. En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo
que el bien de los enfermos; me libraré de cometer voluntariamente faltas
injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre todo la seducción de mujeres
u hombres, libres o esclavos. Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la
sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea indispensable divulgar, sea o
no del dominio de mi profesión, considerando como un deber el ser discreto en
tales casos. Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente
mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y
soy perjuro, caiga sobre mí la suerte contraria.
Texto original griego:
Ὄμνυμι Ἀπόλλωνα ἰητρὸν,
καὶ Ἀσκληπιὸν, καὶ Ὑγείαν, καὶ Πανάκειαν, καὶ θεοὺς πάντας τε
καὶ πάσας, ἵστορας ποιεύμενος, ἐπιτελέα ποιήσειν κατὰ δύναμιν
καὶ κρίσιν ἐμὴν ὅρκον τόνδε καὶ ξυγγραφὴν τήνδε. Ἡγήσασθαι
μὲν τὸν διδάξαντά με τὴν τέχνην ταύτην ἴσα γενέτῃσιν ἐμοῖσι, καὶ βίου
κοινώσασθαι, καὶ χρεῶν χρηίζοντι μετάδοσιν ποιήσασθαι, καὶ γένος τὸ ἐξ
ωὐτέου ἀδελφοῖς ἴσον ἐπικρινέειν ἄῤῥεσι, καὶ διδάξειν τὴν
τέχνην ταύτην, ἢν χρηίζωσι μανθάνειν, ἄνευ μισθοῦ καὶ ξυγγραφῆς,
παραγγελίης τε καὶ ἀκροήσιος καὶ τῆς λοιπῆς ἁπάσης μαθήσιος μετάδοσιν
ποιήσασθαι υἱοῖσί τε ἐμοῖσι, καὶ τοῖσι τοῦ ἐμὲ διδάξαντος, καὶ μαθηταῖσι
συγγεγραμμένοισί τε καὶ ὡρκισμένοις νόμῳ ἰητρικῷ, ἄλλῳ δὲ οὐδενί.
Διαιτήμασί τε χρήσομαι ἐπ' ὠφελείῃ καμνόντων κατὰ δύναμιν καὶ κρίσιν ἐμὴν, ἐπὶ δηλήσει
δὲ καὶ ἀδικίῃ εἴρξειν. Οὐ δώσω δὲ οὐδὲ φάρμακον οὐδενὶ αἰτηθεὶς
θανάσιμον, οὐδὲ ὑφηγήσομαι ξυμβουλίην τοιήνδε. Ὁμοίως δὲ οὐδὲ γυναικὶ πεσσὸν
φθόριον δώσω. Ἁγνῶς δὲ καὶ ὁσίως διατηρήσω βίον τὸν ἐμὸν καὶ τέχνην
τὴν ἐμήν. Οὐ τεμέω δὲ οὐδὲ μὴν λιθιῶντας, ἐκχωρήσω δὲ ἐργάτῃσιν ἀνδράσι
πρήξιος τῆσδε. Ἐς οἰκίας δὲ ὁκόσας ἂν ἐσίω, ἐσελεύσομαι ἐπ' ὠφελείῃ καμνόντων, ἐκτὸς ἐὼν
πάσης ἀδικίης ἑκουσίης καὶ φθορίης, τῆς τε ἄλλης καὶ ἀφροδισίων ἔργων ἐπί
τε γυναικείων σωμάτων καὶ ἀνδρῴων, ἐλευθέρων τε καὶ δούλων. Ἃ δ' ἂν ἐν
θεραπείῃ ἢ ἴδω, ἢ ἀκούσω, ἢ καὶ ἄνευ θεραπηίης
κατὰ βίον ἀνθρώπων, ἃ μὴ χρή ποτε ἐκλαλέεσθαι ἔξω,
σιγήσομαι, ἄῤῥητα ἡγεύμενος εἶναι τὰ τοιαῦτα. Ὅρκον μὲν οὖν
μοι τόνδε ἐπιτελέα ποιέοντι, καὶ μὴ ξυγχέοντι, εἴη ἐπαύρασθαι
καὶ βίου καὶ τέχνης δοξαζομένῳ παρὰ πᾶσιν ἀνθρώποις ἐς
τὸν αἰεὶ χρόνον. Παραβαίνοντι δὲ καὶ ἐπιορκοῦντι, τἀναντία τουτέων.
Versión del juramento hipocrático
de la Convención de Ginebra
Ha habido varios intentos de
adaptación del juramento hipocrático a lo largo de la historia. En 1945, se
redactó un juramento hipocrático en la convención de Ginebra, con el texto
siguiente:
En el momento de ser admitido
entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a
consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Conservaré a mis maestros el
respeto y el reconocimiento del que son acreedores. Desempeñaré mi arte con
conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis
preocupaciones. Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí. Mantendré,
en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la
profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos. No permitiré que entre mi
deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de
nacionalidad, de raza, partido o clase. Tendré absoluto respeto por la vida
humana. Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos médicos
contra las leyes de la humanidad. Hago estas promesas solemnemente, libremente,
por mi honor.
Versión del Juramento Hipocrático
de Louis Lasagna
Una versión del juramento muy
utilizada actualmente, sobre todo en países anglosajones, es la versión
redactada en 1964 por el Doctor Louis Lasagna, Decano de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Tufts. El texto, en su traducción al castellano,
dice así:
Prometo cumplir, en la medida de
mis capacidades y de mi juicio, este pacto. Respetaré los logros científicos
que con tanto esfuerzo han conseguido los médicos sobre cuyos pasos camino, y
compartiré gustoso ese conocimiento con aquellos que vengan detrás. Aplicaré
todas las medidas necesarias para el beneficio del enfermo, buscando el
equilibrio entre las trampas del sobretratamiento y del nihilismo terapéutico.
Recordaré que la medicina no sólo es ciencia, sino también arte, y que la
calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el
bisturí del cirujano o el medicamento del químico. No me avergonzaré de decir
«no lo sé», ni dudaré en consultar a mis colegas de profesión cuando sean
necesarias las habilidades de otro para la recuperación del paciente. Respetaré
la privacidad de mis pacientes, pues no me confían sus problemas para que yo
los desvele. Debo tener especial cuidado en los asuntos sobre la vida y la
muerte. Si tengo la oportunidad de salvar una vida, me sentiré agradecido. Pero
es también posible que esté en mi mano asistir a una vida que termina; debo
enfrentarme a esta enorme responsabilidad con gran humildad y conciencia de mi
propia fragilidad. Por encima de todo, no debo jugar a ser Dios. Recordaré que
no trato una gráfica de fiebre o un crecimiento canceroso, sino a un ser humano
enfermo cuya enfermedad puede afectar a su familia y a su estabilidad
económica. Si voy a cuidar de manera adecuada a los enfermos, mi
responsabilidad incluye estos problemas relacionados. Intentaré prevenir la
enfermedad siempre que pueda, pues la prevención es preferible a la curación.
Recordaré que soy un miembro de la sociedad con obligaciones especiales hacia
mis congéneres, los sanos de cuerpo y mente así como los enfermos. Si no violo
este juramento, pueda yo disfrutar de la vida y del arte, ser respetado
mientras viva y recordado con afecto después. Actúe yo siempre para conservar las
mejores tradiciones de mi profesión, y ojalá pueda experimentar la dicha de
curar a aquellos que busquen mi ayuda
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Yo socio Monopuerco después de mucha meditación opino: